Ayuda en Acción, en el marco de Conectando Caminos por los Derechos, brinda herramientas de empoderamiento a las mujeres víctimas de violencia.
Muchas víctimas de la violencia basada en género tienden a pensar dos cosas: la primera, que la culpa es de ellas, y la segunda, que están solas en esta situación. Es aquí cuando el apoyo psicosocial y todo el proceso que hemos desarrollado en el marco del programa Conectando Caminos por los Derechos, de USAID, en la comunidad de La Fortaleza, Cúcuta, entra a cambiar las realidades de las mujeres.
Empoderamiento y liberación, fue lo que se vivió en el segundo encuentro de sanación con las mujeres de Cúcuta. Una jornada que se llevó a cabo el pasado 6 de agosto y que congregó a 25 mujeres. Hubo espacio para cantar, hablar, reflexionar, experimentar y liberarse. La sororidad y la valentía fueron protagonistas de un taller de sanación, necesario para mujeres que en algún momento cuestionaron su amor propio.
Empoderamiento
“Ya llegaron las que mandan, las que se ponen bien la falda, las que se hacen sentir, todas las mujeres, todas las mujeres”, se escuchó en el salón. Mujeres que han participado durante 5 meses en el proyecto cantaban con el corazón la canción “Las que se ponen bien la falda de María José”. En el aire se sentía el orgullo de haber llegado hasta ese punto. Las mujeres ahí presentes reconocían que llegaron lejos, que aquel momento triste y doloroso por el que una vez pasaron va quedando atrás y que ahora escriben un nuevo capítulo, en el que le dan vida a una nueva mujer. Una mujer libre, empoderada y valiente.
“Hablar con ellas y entender lo que significa este proyecto implicó reconocer que íbamos más allá. Comprendimos que después de tanto tiempo muchas mujeres recibirían una ayuda que ni siquiera sabían que necesitaban. Entendimos que en un lugar de la frontera de Colombia, más de 50 mujeres se estaban uniendo para nunca más volver a callar, estaban buscando un cambio para su comunidad, habían sanado el alma y ahora eran mucho más fuertes”, afirma Anyela Barajas, coordinadora del proyecto de Ayuda en Acción.
Espacios como estos dejan claro que el trabajo en equipo y la empatía son aspectos clave para el camino que les espera.
Las mujeres encontraron en la empatía una herramienta para saber que no son las únicas que han pasado por situaciones de violencia basada en género. Este espacio les quitó un peso de encima y las motivó a seguir siendo protagonistas de sus propias vidas.
Al culminar la actividad, fue visible que en ese salón ya no se encontraban aquellas mujeres a las que un día se les dijo que no eran suficientes. En ese lugar no se encontraban “las mujeres de la casa que se deben dedicar a cocinar”. Estaban las mujeres que sabían decir no, que conocían sus capacidades, que estaban dispuestas a luchar por la otra. Estaban las mujeres que, a pesar de todo, no guardaban rencor en su corazón.
Así concluyó la segunda jornada de sanación. Un oasis de amor propio, empatía, fuerza interior y sororidad. Un espacio lleno de mujeres listas para seguir multiplicando el mensaje de empoderamiento y valentía que aún muchas más necesitan.
Conectando Caminos por los Derechos promueve la justicia y los derechos humanos para migrantes de Venezuela, colombianos retornados y población receptora en Colombia. Es un programa financiado por USAID e implementado por el consorcio integrado por Pact, ABA ROLI, Freedom House e Internews.