Antes ir a la escuela era una proeza y ahora acceder a internet o a una Tablet para tener clases virtuales parece un sueño imposible. Esta es la historia de Álvaro Zabaleta, un niño de 12 años, que bien puede ser la historia de muchos niños del país.
Álvaro Zabaleta, de 12 años, solo puede asistir a sus clases virtuales cuando un vecino le presta su celular. Durante la pandemia son pocos los días que ha podido estudiar a través de una pantalla. Su método es con guías que le deja su profesora en la casa, pero es suficiente, no aprende igual a una clase presencial. No porque estén incompletos los talleres, las guías, sino porque le hace falta un profesor que le explique. Además, en su casa no hay quien le ayude con las tareas, porque su madre, Neris Medina Álvarez, solo hizo hasta tercero de primaria y ella misma sabe que no puede ayudar mucho a su hijo en ese tema.
Álvaro vive en la vereda La Candelaria, en el municipio de Achí, Bolívar. Al borde del río Cauca queda su casa, de paredes de tablas y techo de latas. El agua que usa con su familia, para bañarse, cocinar y lavar, viene del río. En su casa solo hay un par de muebles y las paredes que separan las habitaciones son pedazos de trapos viejos. Durante la actual ola invernal que azota al país, su casa se ha inundado varias veces porque el río se ha desbordado. Tanto, que el agua y el lodo se han llevado varios cerdos. También tuvieron que poner varios realces de tierra alrededor de su casa, porque temían que las paredes de madera se fueran al piso. La pobreza en la que vive inunda su vida.
Su mamá, Neris Medina Álvarez, de 54 años, es una mujer campesina que se dedica a los quehaceres del hogar. Tiene un emprendimiento avícola para aumentar sus ingresos y también una huerta casera para garantizar la seguridad alimentaria de su familia. Su padre, Mariano Zabaleta, de 60 años, es jornalero. Tienen 9 hijos, entre ellos, Álvaro. La mayoría han salido muy jóvenes de la casa porque se han casado y ya tienen su propio hogar. Álvaro tiene una discapacidad en su pierna derecha, lo que le impide caminar con facilidad, sin embargo es un niño muy activo, que le encanta jugar fútbol y a las escondidas.
Para Yadiris Guerrero, docente de la Institución Educativa San José de Achí, “la situación de Álvaro, y sus hermanos no es fácil, la mayoría de veces faltan mucho a la escuela, porque la vereda donde viven es muy alejada y el transporte, en especial cuando llueve, se dificulta mucho, no es constante. Además, tanto sus útiles escolares como sus uniformes están muy deteriorados y viejos porque sus padres no cuentan con un ingreso estable”.
Para Álvaro ha sido muy difícil cursar quinto grado, porque la falta de equipos en su casa e internet en su vereda, no le permite tener una educación de calidad. Él dice que se siente muy triste porque extraña a sus profesores y también porque este año no estudió lo suficiente, las clases fueron muy intermitentes. Según el Laboratorio de Economía de la Educación de la Pontificia Universidad Javeriana “el 96% de los municipios del país no tienen los recursos ni la cobertura para desarrollar cursos virtuales”.
Para Ayuda en Acción, es primordial garantizar el derecho a la educación durante la emergencia por la COVID-19, es por ello, que le entregó una tablet con conectividad a Álvaro Zabaleta y durante el 2020, ha donado más de 850 tablets a las instituciones educativas de las áreas rurales. Si quieres hacer parte del cambio, ingresa y haz tu donación en: https://ayudaenaccion.org.co/covid/ ¡Juntos salvamos vidas!