La pandemia cambio las formas de relacionarnos con nuestros seres queridos. A algunos no los pudimos volver a tener cerca por la distancia y a otros el virus se los llevó para siempre. Sin embargo, nos enseñó lo importante que es recuperar esos momentos en familia, que a veces posponemos por los amigos, el estudio o el trabajo. Laura Hernández, ha sufrido la pérdida de algunos familiares a causa de la COVID-19 y a través de esta carta nos comparte sus reflexiones.
Por: Laura Camila Hernández Campiño
La pandemia trajo cambios muy drásticos. Para mí lo más duro fue dejar de ver a mi familia por un tiempo tan largo. Yo vivo con mi madre y mi padre vive en otro país. Mis padres se quedaron sin trabajo, mi madre trabajaba en un restaurante que cerraron porque no lo podían abrir y mi padre en una compañía que cerró sus puertas. Pasaron dos meses y, por suerte, volvieron a llamar a mi madre y ahora otra vez está trabajando. La empresa donde trabaja mi padre sigue cerrada, pero él nos sigue ayudando desde lejos. El problema fue que sin ingresos y ayudándonos, no pudo viajar a Colombia para vernos.
Mi padre vive en España y esta era la primera vez que lo iba a ver en cinco años desde que se fue. La pandemia interrumpió todos los planes y eso me duele mucho y me hizo sentir muy triste.
Pero mi familia resistió y nos unimos más que antes.
Después llegó la triste noticia de que la pandemia se había llevado al esposo de mi tía. Le dio Covid-19 y aunque todos teníamos mucha fe y esperanza de que se iba a mejorar, lo tuvieron que entubar porque no podía respirar solo. A los 15 días nos dijeron que lo iban a desentubar, pero no pudieron, porque sus pulmones habían colapsado. Él sufría del corazón y de presión alta. También tenía un problema de riñón. Su cuerpo se fue deteriorando hasta que a los 21 días falleció.
Pero mi familia resistió la tristeza y seguimos más unidos que antes.
A raíz de la pandemia y el encierro empezamos a compartir más tiempo juntos, nos empezamos a conocer más y empezamos a hacer más cosas en familia como ver películas, cocinar y jugar. Siento que estos meses de encierro hicieron que nos volviéramos más cercanos y, sobre todo, que nos conociéramos mejor. Lo más emocionante fue la llegada de una nueva mascota a mi familia, una hermosa perrita criollita. Yo adopté a la perrita y después llegó otra cachorrita. Los animales han sido la mejor compañía en este encierro.
Una gran parte de mi familia está en Ecuador, mis tías, mi hermana y mis dos sobrinas a quien extraño con todas mis fuerzas. Mi novio también fue una parte muy importante de esta época y me he sentido más cercana a él que nunca.
Mi familia ha sido mi mayor apoyo y esta época me ha enseñado a valorar y a cuidar de mis seres queridos, a tomarme las cosas más en serio y a cuidar de mi familia y mis relaciones más cercanas porque sin la solidaridad de los que nos rodean, vivir estas situaciones no es fácil. Espero que este año, con todas las pruebas que ha traído, nos ayude a cambiar nuestra forma de ser, para que interactuemos de maneras más positivas.
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