Ecuador cuenta con un programa de apoyo al desarrollo del cultivo y el comercio de alimentación ecológica desde hace más de doce años. La Asociación Artesanal de Caficultores Río Intag–AACRI, se encarga de la producción y comercialización de café orgánico, desarrollando las tecnologías necesarias para la producción agraria sostenible, tanto en el área de microbiología, como en la remineralización del suelo y la elaboración de bioinsumos (productos elaborados a partir de organismos benéficos como insectos, hongos, bacterias y virus o bien, extractos de plantas), aplicándose en 300 fincas campesinas.
Con el apoyo de Ayuda en Acción, veintidós técnicos de campo se están formando para fomentar y mejorar los recursos naturales y el desarrollo de las economías locales. Este curso, impartido en el valle de Intag, consta de seis módulos teórico-prácticos de tres días de duración cada uno, a lo largo de seis meses. Además, se realizan investigaciones, lecturas y visitas de campo en la región del norte. Para facilitar la comprensión y el aprendizaje, cuentan con un laboratorio de microbiología, una bio-fábrica, un vivero, y diversas fincas donde practican constantemente con estas tecnologías.
El primer módulo fue impartido en el mes de marzo. Ruth Almeida, una de las participantes, nos cuenta cómo ha despertado en ella.
También en Ecuador, 1.300 personas de cinco parroquias del Cantón Sigsig, Provincia del Azuay, se han beneficiad o del Programa “Desarrollo Sustentable de las Poblaciones asentadas en la Microcuenca Bolo Pamar del Sigsig”, que se ha llevado a cabo entre el 1 de abril de 2010 y el 31 de marzo de 2013, con el apoyo de la Generalitat Valenciana, Intermón Oxfam y Ayuda en Acción, y de las administraciones locales: instituciones públicas, Gobiernos Autónomos Descentralizados y de la Fundación Ecológica Rikcharina.
Tiempo

“Lo que más me gustó, es que hemos aprendido a vivir en grupo, que la agroecología es solidaridad, la organización un momento de compartir. El ver como todo se relaciona, tiempo el agua con alimentos y así hasta el llegar al ser humano”, resume Bélgica Jiménez. Conseguir que el pueblo sea el que dirija la producción de alimentos, que tenga derecho al agua.
- Impulsar el acceso al agua de riego en adecuadas condiciones ambientales y socio-organizativas en cinco parroquias de la micro-cuenca del río Bolo Pamar.
- Activar la producción agropecuaria a través del manejo adecuado del riego y la capacidad productiva en 150 fincas familiares agroecológicas en cinco parroquias.
- Un sistema de comercialización asociativa local de productos campesinos que favorezcan las economías campesinas.
- Ocho organizaciones sociales de riego, comercialización y producción, que participan en la negociación de políticas.
Estos resultados han contribuido al fomento de la económica y a la mejora social de la zona, a la reducción de la pobreza. “lo importante es que todos debemos trabajar unidos en todo, primero para recuperar la tierra, la Pachamama. Antes sembrábamos una vez al año, ahora sembramos todo el tiempo, eso es bueno”.