¿A caso en Nariño existe una región donde la riqueza natural esté a la vista de todos? La respuesta es sí y es Tumaco: donde el mar se une con los ríos, y el bosque con el cacao.
La biodiversidad que existe en esta zona de la costa del Pacífico es incalculable. Especies marinas, aves, reptiles, mamíferos y una extensa vegetación inmersa hasta en los cultivos agrícolas. Dentro de la diversidad que posee el territorio se encuentra el Bosque de Guandal. Una zona de especial relevancia por sus árboles y los beneficios que la comunidad extrae de ellos.
Cuando los árboles del Bosque de Guandal están maduros, se usan para la construcción de pequeñas casas de familias dedicadas al cultivo de cacao. Sin embargo, al talar, existe un alto riesgo de deforestación que afecta gravemente a miles de especies que tienen su hábitat en estos lugares.
Tumaco es considerada la ‘Perla del Pacífico’ por su potencial ambiental y por ser el segundo puerto marítimo más importante en Colombia. Pese a toda su riqueza, es una región históricamente golpeada por el conflicto armado, la presencia de grupos al margen de la ley y cultivos ilicitos. Las escasas oportunidades, han generado economías ilícitas, como la siembra de coca y la tala excesiva de maderables que trasgreden el bosque.
Por eso, Ayuda en Acción, con el apoyo del programa Colombia Sostenible adscrito al Fondo Colombia Paz, implementan acciones que cumplen dos objetivos claves: fortalecen la cadena productiva del cacao y recuperan especies forestales de alto valor ecológico y comercial. El logro, recuperar 250 hectáreas de bosques en el Consejo Comunitario Bajo Mira y Frontera de Tumaco.
El proyecto genera junto a la recuperación del ecosistema, el reencuentro de comunidades Afrocolombianas con la práctica de sus saberes ancestrales, cultura y costumbres entorno al bosque. Aquel que consideran el "pulmón" de su territorio. En Tumaco, recuperar los ecosistemas de guandal representa una respuesta resiliente para la reconstrucción del territorio colectivo y su tejido social.
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‘Guandal’, el bosque que la comunidad repara
El Bosque de Guandal en Tumaco es esencial para la vida de diversas especies; son áreas pantanosas y de tierras húmedas. Allí, en medio del agua que circunda, nacen altos árboles, de troncos finos y gruesos. Durante muchos años las comunidades han explotado estos recursos de manera artesanal, sin una respectiva orientación que evite la tala excesiva y desfavorable para su ecosistema.
Roger Octavio Cuero es uno de los productores de cacao en Tumaco, que se ha unido al proyecto para construir paz y proteger los bosques forestales a través del cultivo del cacao. Esta iniciativa abarca tres componentes: economía lícita y rentable, reducción de la deforestación y oportunidades de eco-emprendimiento rural. Mediante este proceso las comunidades del Consejo Comunitario Bajo Mira y Frontera se capacitan y sensibilizan frente a la importancia de preservar sus recursos naturales.
El proceso comenzó con el reconocimiento del territorio para saber el estado en el que se encontraba el bosque. Se dividió la zona en 5 polígonos que indicaban el área de intervención. Posteriormente, ingenieros agroforestales de Ayuda en Acción dialogaron con la comunidad para explicarles la importancia de salvaguardar al Guandal.
Luego de la teoría se pasó a la práctica y ¡manos a la obra!, pero esta vez no para talar, sino, para sembrar especies maderables que equilibraran la explotación con la reparación del territorio en Tumaco. Las jornadas de 3 y 4 horas de reconocimiento y siembra, pasaban entre el atenuante sol, las risas y charlas de la comunidad reunida.
“El Guandal lo es todo”
Cuando Roger Octavio Cuero pisa el bosque su corazón late de manera extraña. Su expresión es de alegría al sentir cómo, a través de este proyecto, él y sus comunidades de zonas como el Estero de Agua Clara, recuperan el Bosque de Guandal, y al mismo tiempo, fortalecen su actividad propia, basada en cultivo del cacao.
“El bosque es importante por muchas cosas, por ejemplo, nos nutre de oxígeno. En los árboles viven los animales, y se alimentan de sus semillas y frutos. Esto es vida, el bosque lo es todo”, precisó Roger, mientras sonríe y comparte con su comunidad.
Aunque el proyecto logra la recuperación de una amplia extensión del bosque, la tarea no termina allí. El proceso de capacitación requiere que el cultivo del cacao y la conservación ambiental sean un proceso conjunto y un trabajo simbiótico que prevalezca en el tiempo.
“Nos sentimos satisfechos porque vemos que hoy la comunidad es la que se apropia de la conservación del Bosque de Guandal y toma la iniciativa de decirles a sus vecinos en qué zonas no se puede talar. Fue un proceso complejo, pero al final, pudimos educar, concientizar y prevenir problemas ambientales futuros”, sostuvo Angie Paola Marquínez, ingeniera agroforestal de Ayuda en Acción en Tumaco.
De igual manera, la estrategia implementada por Ayuda en Acción y el Fondo Colombia para la Paz logró que los integrantes del Consejo Comunitario Bajo Mira y Frontera encontraran otras formas de aprovechamiento del bosque, por medio de plantas alternativas que sirven para fortalecer el cultivo del cacao y otros productos agrícolas.
Las comunidades de este sector de Tumaco, en su mayoría, siempre han vivido de la explotación de la madera, pero hoy son más conscientes del alto precio que la naturaleza paga cuando se corta un árbol de 50 o 60 años. Ahora, ya no visitan el bosque para talarlo, hoy lo recorren para recuperarlo y extraer de él, insumos sostenibles que fortalecen su economía.