El mundo está mostrando que la solidaridad es contagiosa como un virus, pero un virus que da vida.
La pandemia nos ha obligado a guardar distancia, a alejarnos físicamente de los demás, lo que más se pueda. A desinfectar todo lo que sea posible que haya sido tocado por otro, a desconfiar hasta en las pisadas que damos para traer algo del supermercado, a pensar que ese billete que uno dio y el que recibió de vuelta, ya debe tener el sello del virus. Esta pandemia hace creer que cualquier persona es una amenaza para nosotros, que es mejor alejarnos entre todos lo que más se pueda. Sin embargo, entre más lejos, la invitación es a estar más unidos. A solidarizarse con quien se pueda para que, juntos, superemos este mal momento.
El mundo entero parece sentirse seguro solamente en su casa. Pero ha quedado en evidencia que no todos pueden hacerlo, que a la gran mayoría de la población permanecer en su casa es sinónimo de dificultades, de hambre, por no hablar de la imposibilidad de acceder a educación cuando colegios y universidades promueven las clases virtuales. Queda claro que miles y miles de familias no tienen un trabajo digno, ni siquiera servicios básicos como agua potable y electricidad.
Solidaridad

Las brechas sociales han quedado más expuestas con el coronavirus. Sin embargo, hay esperanza, se habla de que el mundo “cambió para siempre”, de “que nada volverá a ser igual”, y mientras todos nos preguntamos cuál será esa nueva normalidad, también se han visto gestos de solidaridad que transmiten esperanza: desde grandes empresas anunciando donaciones hasta personas que se ofrecen para ayudar desde su profesión, a quien lo necesite. En tiempos donde todo se ve peor, la humanidad puede sacar lo mejor.
Esa es la esperanza que nos mueve y por eso confiamos en que quien nos lea sepa que un aporte mínimo puede ser vital para otra persona. Un mercado de 60 mil pesos, por ejemplo, puede ser la comida de una familia que vive en el limbo en la frontera con Venezuela, sin un techo seguro, a la deriva del destino. Pero también en Montes de María donde lavarse las manos con agua limpia es toda una proeza. El valor de 60 mil pesos es más de lo que podemos pensar y por eso queremos llevar 500 mercados a las familias más vulnerables de nuestro país. La humanidad hoy más que nunca necesita estar unida.
En estos momentos todos somos vulnerables, pero no todos por igual. Por ello, los invitamos a que juntemos nuestras fuerzas y entre todos ayudemos a aquellas personas que tienen más dificultades durante esta crisis sanitaria por el COVID-19. En Ayuda en Ayuda en Acción nos hemos puesto la meta de entregar 500 mercados esta semana a las familias que más lo necesitan. Con una donación de 60 mil pesos podemos ayudar a cientos de personas durante la cuarentena. #SomosAyuda
¡QUIERO DONAR!