Por muchos años pensamos que la educación de los niños y niñas era sólo un interés privado, algo que ocurría en la intimidad del hogar, y no un proyecto que nos compete a todos como sociedad. Pensamos también, por lo mismo, que no era necesaria una intención pedagógica y una profesionalización del acompañamiento de la primera infancia. Hoy sabemos que muchos de los retos relacionados con la educación de la primera infancia tienen que ver con cómo entendemos el rol de los niños y niñas y sus cuidadores en la sociedad. Así como con no olvidar que las aportaciones de los niños y niñas siguen siendo unos de los mejores capitales sociales que poseemos para construir comunidades justas, equitativas y sostenibles.
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Conscientes de este reto, y con el objetivo de mejorar la calidad de la educación inicial en la Mojana Sucreña, en los municipios de Majagual y Guaranda, en Colombia, desde el inicio del 2020, aeioTU, con apoyo solidario de la Fundación FEMSA y en alianza con la Fundación Ayuda en Acción, implementamos el proyecto Mejora de la Calidad de la Educación Inicial en La Mojana Sucreña, el cual se desarrolló en dos fases que comprendieron los periodos de enero de 2020 hasta diciembre de 2020; y septiembre de 2021 hasta septiembre de 2022.
Durante este periodo, realizamos un proceso de formación y acompañamiento a educadores y líderes educativos de las diversas entidades operadoras prestadoras del servicio para la Primera Infancia en el territorio, teniendo como referente de calidad el Modelo Educativo aeioTU y la implementación de su currículo pedagógico. El proceso consistió en transmitir conocimiento que permitieran el desarrollo de capacidades por parte de los educadores y líderes de la comunidad para una mejor implementación y diseño de las experiencias educativas, posibilitando encontrar caminos para visibilizar a niños y niñas como protagonistas, conectándolos con su cultura y contexto desde la resignificación de los materiales, la apropiación de los espacios, el juego, el arte y la investigación; identificando oportunidades de aprendizaje en el entorno y promoviendo acciones que involucren a las familias y a las comunidades, para generar conciencia sobre el potencial que tienen las infancias como agentes generadores de cambio.
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“Los niños juegan a lo que ven, yo trato de involucrar el juego en las actividades con los niños y también a las mamás, y con todos estos aprendizajes que hemos tenido de las formaciones, lo colocaré más en práctica, porque esas son las experiencias que les quedan grabadas y les ayuda a aprender”, Lida Arreola, auxiliar pedagógico.
Gracias a este proyecto logramos beneficiar a 1593 niños y niñas, 470 familias, 28 formadores y 3 organizaciones educativas de los municipios de Majagual y Guaranda, donde evidenciamos que poco a poco había una comunidad que comprendía la cultura de la infancia y el poder que tienen niños y niñas como agentes movilizadores de cambio. La comunidad cuenta hoy con un entorno amigable, donde se generó una conciencia por el cuidado del medio ambiente, se fortaleció el sentido de pertenencia y se consolidó un entorno comunitario ideal para el desarrollo de relaciones positivas y pacíficas.
Todo esto nos inspira y motiva a buscar la transformación de los procesos educativos de niñas y niños desde la primera infancia, los educadores, las familias y la comunidad en muchos más lugares, para ampliar nuestro impacto y crear oportunidades de cambio significativos y duraderos.
Nuestra invitación es entender la responsabilidad que tenemos como adultos, desde el aspecto personal y desde nuestras organizaciones, en el proceso de transformación de la realidad de cada niña y de cada niño, asegurándoles su derecho a un vivir un presente libre, alegre y significativo, que garantice un futuro con posibilidades de desarrollo pleno para ellas y ellos.
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