Queridos amigos y amigas:
Mi nombre es Danna Sofía Morales, tengo 9 años. Escribo esta carta porque quiero contarles cómo han sido mis clases sin internet ni equipos durante la pandemia. Vivo en el campo con mi papá Jhon Freddy Morales, él tiene 33 años. Vivimos en el corregimiento La Esperanza, del municipio de Ginebra, del departamento del Valle del Cauca, tierra del Festival Mono Núñez, el evento de música andina, bambuco y pasillo colombiano más importante del país. Durante la pandemia he estado muy preocupada. Me siento muy intranquila y angustiada porque no puedo salir y mis familiares pueden contagiarse.
En mi casa no hay internet ni computador. Por ello, las clases virtuales no son posibles donde vivo. Dependo de que mi papá pueda recargar con datos móviles el celular para conectarme a mis clases. Sin embargo, no siempre tiene los recursos. A veces mi papá compra el paquete de datos para la semana completa, pero cuando no hay plata, solo puedo estudiar uno o dos días a la semana. Además, el celular no tiene mucha capacidad entonces no puedo descargar las aplicaciones para conectarme a las clases. En esos días grises me siento muy triste porque aprendo y hago las tareas a medias. A veces mis compañeritos me envían fotos de las guías y talleres al WhatsApp de mi papá para no quedarme atrasada.
Hace unos días, la Fundación Ayuda en Acción me entregó una tablet con acceso a internet, para asistir a todas mis clases y enviar mis tareas completas. Me siento muy feliz y agradecida por la oportunidad que me brindó Ayuda en Acción. Ahora, la profesora me hace una videollamada de 8 a.m. a 2 p.m. para conectarme a la clase, me siento muy contenta porque puedo aprender y escuchar a mis amiguitos.
Extraño mucho el colegio, sobretodo jugar con mis compañeritos. Nuestro juego favorito son las escondidas, porque el colegio es muy grande y tenemos muchos lugares donde escondernos. Ahora, yo juego en mi casa solita, con mis muñecas y cuatro perritos porque quiero evitar contagiarme.
Durante la pandemia, la situación en mi casa ha sido muy difícil porque mi papá está desempleado desde que inició la crisis. El comercio y turismo tuvo que cerrar y muchas personas de las veredas se quedaron sin trabajo. Mi papá tenia los ahorros de toda la vida entonces es de donde está echando mano mientras pasa la emergencia. Él es lo más maravillo de mi vida, yo lo amo mucho porque siempre me ha cuidado y me ayuda con mis tareas.
A mí me gusta mucho vivir en el campo porque disfruto de la naturaleza y los animalitos. Me gustan los perritos, las vaquitas y los caballos. Hace unos años, mi papá tenía una vaca y yo una vez me subí sobre ella, de repente salió corriendo y yo me caí, ese día fue muy divertido. Danna también, teníamos una ternerita que se llamaba coneja, porque las orejas eran muy grandes y tenía la colita mochada. Nosotros tenemos una huerta, es muy bueno, porque siempre tenemos alimentos saludables y durante la pandemia no hemos tenido que salir a comprar comida al pueblo.
Cuando sea grande quiero ser doctora, porque me gusta mucho ayudar a las personas. Por eso, a todos los niños, niñas y jóvenes de nuestro país les pido que se queden en casa, que si quieren jugar. Y a todas las personas de nuestro país, les pido que cuiden la naturaleza, no boten basura a los ríos porque pueden contaminar a los animales que toman de esa agua y no quemen el bosque, recuerden el campo es vida.
Gracias
Con cariño, Danna Sofía Morales.
*Ayuda en Acción, el pasado 14 y 15 de julio, entregó 600 tablets con acceso a internet a instituciones educativas, beneficiando a 1.171 niños, niñas y jóvenes, de las familias más vulnerables ubicadas en los municipios de Ginebra y El Cerrito del Valle del Cauca, con el objetivo de garantizar el derecho a la educación a cientos de niños, niñas y jóvenes de las zonas rurales durante la crisis por la COVID-19. Si quieres apoyar esta causa, haz tu donación en: https://ayudaenaccion.org.co/covid/